Tres figuras femeninas se inclinan hacia la luz que penetra desde el límite superior derecho, en un gesto sutil que mezcla los cuerpos en un solo movimiento fluido. Las figuras, sin rostros ni identidad, se confunden entre sí, evocando una atmósfera impersonal y abstracta. La composición se organiza en una diagonal marcada, creando ritmos paralelos que aportan variedad y unidad. La paleta de colores, dominada por azules profundos y amarillos, se complementa con pinceladas amplias y veladuras finas, mientras que los puntos de luz se destacan con aplicaciones en impasto, creando una obra que equilibra lo geométrico y lo fluido en un mismo espacio.
Técnica: Óleo sobre tela
Medida: 90x90 cm
Año: 2016