En esta poderosa obra, una figura femenina sin rostro se erige en el centro de la composición, envuelta en una intensidad palpable. Sus manos, en un gesto de esfuerzo monumental, rompen cadenas que parecen resistir su libertad, simbolizando una lucha interna. La ausencia de rasgos faciales enfatiza la universalidad de su batalla, representando la búsqueda de identidad más allá de lo visible. Las piernas, en una postura que equilibra fuerza y vulnerabilidad, revelan la dualidad de su situación: un impulso hacia adelante lleno de determinación, contrastado con una latente fragilidad. Esta obra evoca tensión y esperanza, invitando a reflexionar sobre la liberación personal y el poder interior.
Técnica: Óleo sobre tela
Medida: 120x100 cm
Año: 2020