Una figura femenina domina la composición, su cuerpo parece suspendido en el espacio, fragmentado y casi disuelto en el fondo que lo rodea. Los límites entre la figura y el plano son ambiguos, creando una sensación de indefinición que sugiere una existencia en el umbral entre la vida y la muerte. La falta de rostro acentúa la pérdida de identidad, mientras el cuerpo se confunde con su entorno. La obra transmite una atmósfera de incertidumbre y fragilidad, donde el espectador es invitado a reflexionar sobre los momentos más cercanos a la desaparición y el renacimiento.
Técnica: Óleo sobre tela
Medida: 90x90 cm
Año: 2016